Tras el episodio de lluvias bautizado como Dana hemos pensado que sería una buena idea visitar los Charcos de Quesa, ya que según he leído a no ser que haya llovido antes es un lugar un poco decepcionante debido a la escasez de agua.
Una vez dicho esto, hay que decir que los Charcos de Quesa, situados a 7 kilómetros del pueblo, son cuatro pozas de distintos tamaños cuya agua verde esmeralda es bastante cristalina. Hay zona para aparcar a unos escasos 400 metros de la primera poza. El baño está permitido en ellas, además durante los meses de más afluencia se paga una ecotasa de 2 euros por coche y 1 por persona. La zona está acondicionada con servicios y unas pocas mesas de madera, aunque hay que decir que cuando nosotros fuimos los baños estaban cerrados, lo que no sabemos si sólo están abiertos cuando se paga.
Tras las pozas se encuentra la cascada o charco del chorro, una pequeña cascada formada por el río Grande y en la que es posible hacerse fotos arriba y dentro de la misma.
En conclusión, un buen lugar para refrescarse del calor y para hacer unas fotos muy bonitas.
!Ojo!- No hay cobertura